La creación de la hamburguesa como la conocemos hoy tiene sus orígenes en una época en la que los centros urbanos estaban creciendo y se necesitaba comida rápida y económica para alimentar a las masas (ocurrió entre el final de la Segunda Guerra Mundial y la Gran Depresión). A todos los fines y objetivos, la hamburguesa era ideal porque era económico producirla. Sin embargo, la corrupción y las prácticas de poca higiene provocaron que la gente creyera que, a pesar de que eran rápidas, económicas y convenientes (en especial en la Gran Depresión), las hamburguesas no eran seguras para el consumo. La primera cadena de “comida rápida” fue White Castle, cerca de 1926. Su objetivo era estandarizar la hamburguesa, producirla de forma higiénica y ágil para que los clientes pudieran conseguirlas a pedido. El éxito se debió en gran parte a la prensa positiva cuando la franquicia comenzó a publicar comerciales en los periódicos locales (el primer restaurante en hacerlo). McDonald’s tuvo sus orígenes en 1937, pero no fue hasta 1940 que el negocio se volvió popular y se expandió a lo largo de la costa oeste. La globalización de la hamburguesa ocurrió gracias a los restaurantes de comida rápida como McDonald’s.
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